18/4/10

Cinco años de Benedicto XVI. Balance de Hans Küng

Cinco años para Benedicto XVI,
una crisis de confianza histórica

Carta abierta a los obispos católicos del mundo
Hans Küng, teólogo

Josef Ratzinger, hoy Benedicto XVI, y yo fuimos entre 1962 y 1965 los teólogos más jóvenes del concilio Vaticano II. Hoy, somos los dos de mayor edad y los únicos que continuamos plenamente en actividad. He puesto siempre mi obra al servicio de la Iglesia. Es por ello que, en este quinto aniversario de la intronización del papa, me dirijo a los obispos, mediante esta carta abierta, preocupado como estoy por las preocupaciones que nos da nuestra Iglesia, presa de la más profunda crisis de credibilidad que haya conocido desde la Reforma. Efectivamente, yo no dispongo de otros medios para llegar hasta ellos.

He admirado mucho al papa Benedicto por haberme invitado, a mí, su crítico, a una conversación amistosa de cuatro horas en ocasión de la asunción de sus funciones. Este encuentro, saludado por la opinión publica, es lo menos que podemos decir, había despertado en mi la esperanza de que Josef Ratzinger, mi ex colega de la Universidad de Tubingia, acabaría por encontrar el camino de una renovación de la Iglesia y de una aproximación ecuménica, en el espíritu del Vaticano II.

Esta esperanza, como aquella de tantos católicos comprometidos, desgraciadamente ha sido decepcionada, de lo que he hecho saber al papa de diversas maneras en la correspondencia que habíamos intercambiado después del encuentro. Sin duda alguna, ha cumplido cotidiana y conscientemente los deberes de su cargo y nos ha igualmente gratificado con tres preciosas encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor. Sin embargo, en lo que atañe a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez más como el de las ocasiones perdidas y no de las ocasiones

  • Perdida la aproximación con las iglesias protestantes: es cierto que no se trata de iglesias en un sentido propio, y de golpe ni el reconocimiento de sus jerarquía ni un compartir eucarístico son posibles.ç
  • Perdido el acuerdo durable con los judíos: el papa ha reintroducido una oración preconciliar, para “que Dios ilumine el corazón de los judíos y que conozcan a Jesucristo, salvador de todos los hombres”; ha reintegrado en la Iglesia prelados cismáticos notablemente antisemitas, ha impulsado la beatificación de Pío XII y trata al judaísmo como una simple rama del cristianismo y no como una comunidad de creencias distinta y completa en sí misma, que sigue su propia vía hacia la salvación. Más recientemente, los judíos del mundo se han escandalizado por la propuesta del predicador de la casa pontifical que ha comparado la crítica hacia el papa con los aspectos más vergonzosos del antisemitismo.
  • Perdido el diálogo abierto con los musulmanes: sintomático ha sido el discurso de Ratisbona, en el cual, mal aconsejado, el papa caricaturizó al Islam como una religión violenta e inhumana y, de ese modo, suscitó una desconfianza nutrida por él mismo.
  • Perdida la reconciliación con los pueblos autóctonos colonizados de América latina: el papa pretende con la mayor seriedad que ellos habría deseado ardientemente adherir a la religión de sus conquistadores.
  • Perdida la oportunidad de acudir en ayuda de los pueblos africanos en su lucha contra la sobre población por medio de la contracepción y la autorización del uso de los preservativos en la lucha contra el sida.
  • Perdida la ocasión de hacer las paces con la ciencia moderna: por el reconocimiento sin equívocos de la teoría de la evolución y por una tolerancia matizada hacia los nuevos campos de investigación, como las células madre.
  • Perdida, por último, la oportunidad de tornar por fin al espíritu del Vaticano II en la brújula de la Iglesia católica y de hacer avanzar su reforma.

Este último punto es particularmente grave. Este papa no cesa de relativizar el conjunto de documentos del concilio y los interpreta en un sentido retrógrado opuesto a la inspiración de sus iniciadores. Actúa asimismo abiertamente contra el concilio ecuménico, el cual, según el derecho canónico, constituye la más alta autoridad de la Iglesia católica, así:

  • Ha reintegrado a la Iglesia sin condiciones a obispo integristas de la Fraternidad de San Pío X, ordenados ilegalmente, en tanto ellos rechazan abiertamente el concilio en sus puntos esenciales.
  • Alienta por todos los medios el retorno a la misa tridentina y celebra él mismo la eucaristía en latín, de espaldas a la asamblea.
  • No pone en marcha las recomendaciones oficiales de la Comisión internacional anglicana y católica romana que diseñan el marco de la aproximación entre ambas Iglesias. En revancha, busca corromper el clero anglicano, y se niega a renunciar a la obligación del celibato para captarlos en el seno de la Iglesia católica.
  • Al nombrar a la cabeza de su administración a los principales adversarios del concilio (el secretario de Estado, la Congregación para el culto divino) y a obispos reaccionarios en el mundo entero, ha reforzado la tendencia anticonciliar al interior mismo de la Iglesia.

El papa Benedicto XVI aparece cada vez más aislado de la gran mayoría del pueblo cristiano, que, por su parte, se preocupa cada vez menos por Roma y, en el mejor de los casos, se identifica más con las comunidades y los obispos locales.

Sé que muchos obispos sufren esta situación: el papa es sostenido en su política anticonciliar por la misma Curia romana. Busca ahogar toda crítica proveniente del episcopado y de la Iglesia, se esfuerza en desacreditar por todos los medios a quienes lo contradicen. Por la vía de una nueva ostentación de manifestaciones mediáticas y barrocas, se procura demostrar que hay todavía en Roma una Iglesia poderosa gobernada por un “vicario de Cristo” absoluto que tiene en sus manos todos los poderes, legislativos, ejecutivos y judiciales. La política de restauración de Benedicto XVI no alcanza a un fracaso. Todas las puestas en escena, los viajes y los documentos producidos por él y sus predecesores se han revelados incapaces de orientar, en el sentido que quería Roma, la opinión de la mayor parte de los fieles sobre cuestiones controversiales, en particular los relativos a la moral sexual. De hecho, los encuentros de la juventud con un papa al que solamente los grupos tradicionalistas o carismáticos visitan, no han podido frenar las deserciones ni despertar vocaciones.

Pero, son los obispos quienes requieren de mayor compasión: decenas de millares de sacerdotes han colgado los hábitos desde el concilio a causa del celibato. La generación creciente en el clero secular (y también regular) sufre de una baja drástica del nivel cuantitativo y cualitativo. El clero actual se reparte entre la resignación y la frustración y el fenómeno alcanza desde ya las capas más militantes. Muchos se sienten abandonados a su miseria y sufren con el estado actual de la Iglesia. Sabemos lo que espera a numerosas diócesis: iglesias, seminarios, parroquias cada vez más vaciadas. En muchos países, a causa de la falta de sacerdotes, las comunidades son, a menudo contra su propia voluntad, fusionadas en gigantescas “unidades de asistencia espiritual”, donde los pocos sacerdotes quedan sobrecargados, simple simulacro de reforma…

Y he aquí que a todos estos factores de crisis se suma hoy el escándalo de los abusos sexuales de los que varios sacerdotes fueron hallados culpables sobre millares de niños y adolescentes, sea en los Estados Unidos, Irlanda, Alemania o más allá –todo esto en el silencio de una jerarquía sometida a una crisis de confianza sin precedentes. Es imposible callar el hecho de que el sistema de camuflaje mundializado de los casos de desviación sexual de los miembros del clero ha sido piloteado por el prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, estando centralizados con el mayor secreto, dicho de otra manera por el cardenal Ratzinger (que la dirigió desde 1981 hasta 2005) y ya bajo Juan Pablo II. Tan tarde como el 18 de mayo de 2001, Ratzinger dirigió solemnemente una carta a los obispos del mundo sobre los “delitos más graves” (Epistula de delictis gravioribus). Los casos de abuso sexual debían ser cubiertos por el secretum pontificum, protegido por un arsenal de penas eclesiásticas previstas en caso de infracción. Por lo tanto, está totalmente justificado que muchas personas reclamen hoy al ex prefecto y actual papa un mea culpa personalizado. Desgraciadamente, la ocasión provista por la semana santa fue desperdiciada. En lugar de ello, hemos tenido derecho el domingo de Pascuas a una protesta de inocencia urbi et orbi por el decano de los cardenales.

Los efectos de todos los escándalos para la reputación de la Iglesia católica son devastadores. Esto también es verdad para los dignatarios de alto rango. Sobre incontables pastores de almas y educadores irreprochables que trabajan sin descanso pesa desde ahora una sospecha colectiva. Corresponde a los obispos preguntarse por lo que pueda ocurrir en sus diócesis y en nuestra Iglesia, así como a qué se va a parecer en diez años más, teniendo en cuenta la situación de la crisis de las vocaciones y de la pirámide de edad del clero actual. Aquí, no deseo esbozar para ustedes un programa de reforma, ya he hecho este ejercicio varias veces antes y después del concilio. Quisiera simplemente avanzar seis propuestas, que estoy convencido recibirían el soporte de millones de católicos hoy no tienen vos en el ámbito sinodal:

1. Acabar con la ley del silencio: eligiendo el silencio, los obispos se vuelven cómplices de consecuencias graves y numerosas. Incluso donde se mantienen reglamentos, disposiciones y medidas en vigor como contraproductivas, más vale decir públicamente las cosas. ¡No son señales de abnegación ni benevolencia hacia Roma, sino exigencias de reforma!

2. Tomar las reformas en la mano: son numerosas en la Iglesia y en el episcopado que se quejan de Roma sin hacer algo ellas mismas. Pero cuando llegamos a una situación donde el servicio divino se halla abandonado, la pastoral desprovista de medios, cuando se abre cada vez menos a la miseria del mundo y cuando la aproximación ecuménica se reduce a su más simple expresión, resulta demasiado fácil cargar todo en las espaldas de Roma. Obispo, sacerdote o laico, que cada cual en su esfera de influencia, mayor o menor, aporte su piedra a la revitalización de la Iglesia. Las acciones en las parroquias y en el conjunto de la Iglesia se ponen en movimiento a iniciativa de individuos y pequeños grupos. En tanto tales, los obispos deben sostener y alentar esas iniciativas y, particularmente en este momento, responder a las quejas justificadas de los creyentes.

3. Ir hacia delante en forma colegiada: el concilio, tras vivos debates y a pesar de la oposición constante de la Curia, ha decretado la colegialidad del papa y de los obispos, decisión que iba en un sentido de la historia apostólica, donde Pedro no hacía nada sin consultar al Colegio de los apóstoles. Desde que Pablo VI, apenas dos años tras el Vaticano II, y sin consultar al episcopado, publicó una encícilica favorable a la controversial norma del celibato, la administración y la política pontificia se remitieron a funcionar en el modo menos colegial posible. Hasta ahora, en materia de liturgia, el papa actúa en monarquía absoluta y los obispos de quienes adora rodearse son como figuritas, sin derecho ni voz. He aquí el motivo por el cual no deben solamente a escala individual, sino emprender acciones en común con los otros prelados, presbíteros y todo el pueblo que constituye la Iglesia, hombres y mujeres confundidos.

4. La sumisión total no se debe más que Dios: durante su entronización, los obispos hacen voto de obediencia absoluta al papa. Pero una obediencia total nunca es debida a una autoridad humana, sino solamente a Dios. Esos votos no deben entonces prohibir que se diga la verdad sobre la crisis que atraviesan la Iglesia, las diócesis y los territorios. ¡Los obispos no harán más que seguir el ejemplo del apóstol Pablo que resistía a Pedro “de frente, porque había perdido la razón” (Gál. 2,11)! Una presión sobre la jerarquía romana ejercida en un espíritu fraternal y cristiano puede revelarse como legítima en tanto esta jerarquía se aleja del espíritu evangélico y de su misión. La liturgia en lengua vernácula, la modificación del derecho de matrimonios interreligiosos, la afirmación de la tolerancia, de la democracia, de los derechos humanos, del ecumenismo y de tantas otras cuestiones sólo serán alcanzadas al precio de una presión persistente desde la base.

5. Resolver los problemas en el nivel local: en el Vaticano, se tapan a menudo las orejar frente a las demandas justificadas del episcopado, del presbiteriado y del laicado. Este es una razón para poner en práctica inteligentemente soluciones regionales y locales a los problemas que se plantean. Uno de ellos, particularmente sensible, es el del celibato, el cual justamente en el contexto de los escándalos de abusos sexuales ingresa naturalmente al orden del día por todos lados. Cambiar las cosas contra la voluntad de Roma aparece casi imposible. Sin embargo, no estamos condenados a la pasividad: un sacerdote que después de una madura reflexión piensa casarse no debería ipso facto ser reducido en su ministerio, sobre todo si su obispo y su parroquia están de su lado. Tal vez, algunas conferencias episcopales podrían tomar ellas mismas la delantera en las escalas regionales. Pero nada vale tanto como una solución global, por lo que:

6. Hay que exigir un concilio: así como hizo falta convocar un concilio para reformar la liturgia y promover la tolerancia, el ecumenismos y el diálogo interreligioso, asimismo el carácter actualmente urgen del problema de la reforma requiere otro más.

El concilio de Constanza, un siglo antes de la reforma, se había pronunciado favorable a una convocatoria quinquenal de concilios, lo que la Curia romana se ha esforzado por “cajonear”. Sin duda alguna, hoy haría también todo lo posible por impedir un nuevo concilio que podría tener por efecto limitar su poder. Entonces, es responsabilidad de los obispos imponer la reunión, o al menos la de una asamblea episcopal representativa.

Frente a la crisis que vive la Iglesia, ruego a los obispos que pongan en la balanza el peso de su autoridad episcopal reevaluada por el concilio. En esta situación abisal, los ojos del mundo están girados hacia ustedes. Un número inimaginable de personas ha perdido la confianza en la Iglesia católica. Solamente un abordaje abierto y franco de los problemas y de las reformas que implican puede restaurarla. Pido, con todo el respeto debido a los obispos, que contribuyan a esto, en la medida de lo posible en comunidad pero, si fuera necesario, también solos “con seguridad” (Hch 4, 29-31). De esta manera, dirigirán a los fieles un signo de esperanza y aliento, y a nuestra Iglesia, una perspectiva de salvación.

Traducción del alemán para Le Monde de Nicolas Weill, traducción libre del francés por Luis Claudio Celma. Publicado en Le Monde, París 17 de abril de 2010, edición digital. Disponible en: <http://www.lemonde.fr/opinions/article/2010/04/17/cinq-annees-pour-benoit-xvi-une-crise-de-confiance-historique-par-hans-kung_1335032_3232.html#xtor=EPR-32280229-%5BNL_Titresdujour%5D-20100417-%5Bzonea%5D> (parte 1) y en <http://www.lemonde.fr/opinions/article/2010/04/17/cinq-annees-pour-benoit-xvi-une-crise-de-confiance-historique-par-hans-kung_1335032_3232_1.html> (parte 2).

28/2/10

estados laicos y modos de periferia

En mi último paso por asunción (durante la primera semana de febrero) tuve ocasión de terminar en el auditorio Manuel de Falla, para un acto en homenaje a las mujeres haitianas fallecidas en el terremoto de enero. Loable iniciativa de Gloria Rubín, nuestra ministra de la secretaría de la mujer, quien en su búsqueda convocó al viceministro de culto, Hugo Brítez, y fue apoyada también por Lilian Soto, nuestra ministra de la secretaría de la función pública... Además, Vero Villalba preparó una presentación animada a mi criterio muy esclarecedora, enternecedora y convocante al compromiso...

Esta iniciativa me pareció muy interesante: poner en el centro de la escena ese Haití (Ayiti, en creole) que solo citamos a veces en la periferia de nuestros exámenes de geografía o ciencias sociales en la secundaria y además, poner en el centro los nombres de mujeres haitianas luchadoras por la igualdad en su país y por el desarrollo de su pueblo, mujeres que ahora nos acompañan como guía desde la tierra y las estrellas: Myrian Merlet, Anne-Marie Coriollan y Magalie Marcellin (una reseña de sus vidas y vitalidades se encuentra en http://www.cde.org.py/informativomujer/?p=1324).

Sin embargo, me llamaron la atención algunos elementos que tienen que ver con el modo de organización del acto, al dar cabida a diferentes cultos para que elevaran una oración por las víctimas del terremoto, me preguntaba por esa parte de nuestra Constitución que establece a nuestro Estado paraguayo como laico:
"Quedan reconocidas la libertad religiosa, la de culto y la ideológica, sin más limitaciones que las establecidas en esta constitución y en la ley. Ninguna confesión tendrá carácter oficial" (art. 24, Constitución de la República del Paraguay, 1992).
Eso me trajo enseguida a colación un texto de Patricio Dobrée en que me sentí expresado cuando afirmaba en relación con el rol del Estado al mensajes, al actuar:
"la función principal del Estado en materia de cultura no es determinar sus contenidos. Son los diversos grupos sociales quienes deben ocuparse de crear y recrear sus expresiones culturales, mientras que las instituciones estatales solo deberían facilitar esta tarea. Sin embargo, se reconoce que prácticamente de modo inevitable el Estado también produce símbolos a partir de sus acciones, y por lo tanto se considera deseable que tal simbología sirva para fortalecer valores que promuevan la democracia, el pluralismo ideológico y el ejercicio de los derechos humanos" (Dobrée, 2009: 459).
Ergo, el Estado es laico y como tal tiene la capacidad de generar espacios donde las pluralidades se expresen y pongan de manifiesto. En este acto, pasaron al escenario pastores de las iglesias vaticana, evangélicas y mennonita, así como el representante del viceministerio de culto (otro sacerdote de la iglesia vaticana), todos ellos cristianos.

Preguntas al vivir esta situación:
  • ¿Qué pasó con las otras confesiones religiosas: musulmana y judía, por ejemplo? Un representante de B'nai Brith presente en el acto comentó que no había rabinos por esos días en la ciudad... pero no supe acerca de los imanes.
  • ¿No tenemos en Paraguay forma de convocar también a un rito vudú, religión mayoritaria en Haití? Se me ocurre que tal vez estas oraciones entrarían más rápidamente en contacto con la vitalidad de quienes partieron...
  • En todo caso, ¿qué hizo que ni siquiera se mencionara que se había hecho una convocatoria más amplia y abierta (al menos a la comunidad judía) y que por distintas razones iban a estar presentes solo representantes de las iglesias cristianas?
  • ¿Qué pasó con quienes no adscribían a manifestación religiosa alguna (ni cristiana ni musulmana ni judía ni vudú ni otra...)? La respuesta llegó un rato después...
Cuando todos estaban por descender (detalle anecdótico y periférico: las representaciones de las iglesias cristianas estaban dadas todas por seres humanos de sexo macho), el representante del viceministerio de culto también elevó una oración, con lo cual la iglesia vaticana tuvo doble presencia.

Vaya pues que luego de todo esto, pasaron al escenario Lilian Soto y Gloria Rubín, entonces Lilian compartió con el público una oración laica feminista de conexión con cada víctima desde nuestros lugares (esta oración está disponible en: http://www.cde.org.py/informativomujer/?p=1380). ¿Sería esta la respuesta a mi última pregunta? Entonces, viene otra pregunta que abre nuevas:
  • ¿Por qué entonces no estuvo esta presentación de Lilian en el contexto de las "oraciones"?
Las nuevas preguntas serían:
  • ¿Será que todavía lo "laico", lo "ateo" y lo distintamente otro de lo cristiano, o en último caso del instituido central religioso (el vudú es considerado por muchos como rito primitivo y no religioso, sino espiritualista), está muy por fuera de nuestras concepciones?
  • ¿Será que estamos tan entrampados en los discursos de lo laico pero los sostenemos desde nuestras creencias originalmente instaladas en nuestras culturas que solo podemos convocar a las mismas y las parecidas?
  • ¿Será que estamos tan fuertemente atrapados por las relaciones que nos dicen definir nuestras identidades que ni siquiera estamos habilitando contactos con otras manifestaciones ni haciéndolas visibles en nuestro entorno?
Si algunos "sí" como respuestas los damos como ciudadanas y ciudadanos, nos vemos en un lugar donde seguir aprendiendo. Todavía resultaría más preocupante que el Estado también lo hiciera, pues esperamos que estas preguntas tiendan al "no", sean "no" y para serlo, conscientemente deben sus actores buscar nuevos rumbos para sus acciones.

No deja de ser loable la iniciativa de la Secretaría de la Mujer frente a un Estado que se ha caracterizado por la presencia vaticana en sus actos y que se caracteriza hoy aún por la presencia de íconos y prácticas propias de esta denominación en los edificios públicos y en los actos cotidianos de sus funcionarias y funcionarios. Es además una ocasión para seguir mirándonos mutuamente y poniendo las preguntas para aprender en conjunto. Sin este acto, no cabría reflexión posible acerca de las formas de incluir las voces, manifestaciones y expresiones posibles de lo paraguayo y en Paraguay.

NOTAS:
  • Referencia bibliográfica: Dobrée, Patricio (2009) Para no olvidar. Los derechos culturales desde la perspectiva del derecho a la memoria en: Coordinadora por los Derechos Humanos en Paraguay (2009) Derechos humanos en Paraguay | Yvypóra Derécho Paraguáipe. Asunción: Codehupy. Pp. 453-463.
  • Por más que busqué, no encontré las oraciones elevadas por los representantes de las iglesias cristianas en la web, así es que pido disculpas por no disponer de ellas.

28/1/10

fronteras por atravesar, cuando vivís nomás en la periferia

Ya estamos nomás en el 2010.
Pero te juro que todavía buscaba cómo hacer para que el 2009 me siguiera durando: no había terminado todavía los trabajos que debía finalizar antes de iniciar el nuevo año y ya estábamos en 2010... ¿qué hacer? ¿cómo vivir estas arbitrariedades gregorianas sin llegar a un harakiri terrible?
Todos mis amigos y todas mis amigas del facebook fueron quienes se enteraron en primer lugar de mis expresiones más primarias. Tras más de Ante el insistente ¿qué estás pensando? había escrito:

masiado ko ya se fue todo el 2009 y yo todavía no me subí al tren del 2010...

malditas fronteras arbitrarias de la cronología...

Entonces, me puse a flotar un poco en esto de las periferias y los centros, como las vivencias que vamos teniendo, incluso de esta casi inasible temporalidad: ¿quién interpone las fronteras? ¿cuántas ilusiones me hago de lo que habré logrado al llegar a ellas? ¿quién contiene mis desilusiones y desengaños cuando estoy allí y no hice lo que quise? ¿cómo se manejan las frustraciones de que uno no va hacia ese límite sino que solo el límite viene hacia uno?
Movimientos extraños, circulares, recursivos, con curvas y pendientes...

18/10/09

centrales y periféricos de estas semanas

de paso por óxford (inglaterra), montevrain (francia) y solís (uruguay) en los otros días estuve pensando en esto de las periferias y los centros...
en óxford estuvimos trabajando en conjunto personas de nepal, india, pakistán, togo, kenia, uganda, argentina/paraguay, suecia, sudáfrica, gran bretaña y los países bajos, pensando en las estrategias para la vinculación de un organismo no gubernamental de carácter internacional con otras organizaciones de la sociedad civil en los países donde recauda (generalmente centrales) y en aquellos donde trabaja directamente (generalmente periféricos)... medias incrustaciones, cruzamientos, roces, incomprensiones y creatividades que se entretejieron en esos días y ahora estamos volviendo a compartir...
en montevrain, las conversaciones con marie carmen, una de mis tías, me llevaron a las reflexiones sobre las historias de las mujeres, su paso de niña con toda la familia de españa hacia francia, un año después del paso de mi papá niño con su familia hacia américa latina... vivir en el sur, acercarse a parís, aprender francés, mantener vivo el español, conformar su familia con paul y perderlo al poco tiempo de mudarse a la casa propia...
en solís, el encuentro con la gente del movimiento de teatro espontáneo de américa latina, alegrías por los ya conocidos y las ya conocidas (los uruguayos y las uruguayas, por ejemplo), asombros con los nuevos y las nuevas a conocer (lechu, por ejemplo) y penitas por las ausencias (la combinada y aguante virgilio, por ejemplo)
todavía estoy transitando sentidos de este tiempo... cuánto de centro y de periferia hay en todo esto...

¡¡¡acá con algunos de los sobrinos, que sí fueron centro!!!

1/6/09

85 días después...

es una falta de centralidad en la vida que un blog tarde tanto tiempo en actualizarse
pensando en todo lo que ya pasó en este tiempo por la periferia de la existencia del autor
se fue a ámsterdam, barcelona y pina de ebro (a que leyeron ebrio)
se enfermó a lo lindo con gripe, larigintis, amigdalitis y periodontitis... (cuánta itis, ¿no?)
ya volvió por asunción un montón de veces
y solo quiere quedarse un tiempo en su casa de córdoba
para disfrutar del encuentro y del estar
empezó un trabajo nuevo... ah, no... dos
y terminó de leer entre tanto rayuela
y se embarcó con memorias del subsuelo...

8/3/09

a próposito del día

mujer y trabajadora
maría elena walsh las recuerda

"quien no fue mujer ni trabajador,
piensa que el de ayer fue un tiempo mejor"...

preguntas por la centralidad y la periferia de estos roles se habilitan en un día como hoy, 8 de marzo, que nuevamente nos convoca a conmemorar la lucha y la reivindicación de las mujeres, de las trabajadoras en particular (prácticamente todas con seguridad)...

¿cuáles son los roles centrales y periféricos de ser mujer trabajadora?
lo que revela una contradicción, porque son siempre roles que devienen y se configuran en las culturas, por tanto no son en sí mismos, sino en una fución socio histórica de carácter cultural.

14/2/09

homenaje rayuelístico


- Tus frases me suenan - dijo Oliveira-. Apenas creés que la discusión se orienta hacia algo que considerás más concreto como tu famosa acción, te llenás de elocuencia. No te querés dar cuenta de que la acción, lo mismo que la inacción, hay que merecerlas. ¿Cómo actuar sin una actitud central previa, una especie de aquiescencia a lo que creemos bueno y verdadero? Tus nociones sobre la verdad y la bondad son puramente históricas, se fundan en una ética heredada. Pero la historia y la ética me parecen a mí altamente dudosas.

- Alguna vez dijo Étienne, enderezándose - me gustaría oírte discurrir con más detalle sobre eso que llamás la actitud central. A lo mejor en el mismísimo centro hay un perfecto hueco.

- No te creas que no lo he pensado -dijo Oliveira-. Pero hasta por razones estéticas, que estás muy capacitado para apreciar, admitirás que entre situarse en un centro y andar revoloteando por la periferia hayuna diferencia cualitativa que da que pensar.

- Horario - dijo Gregorovius - está haciendo usod e esas palabras que hace un rato nos había desaconsejado enfáticamente. Es un hombre al que no hay uqe pedirle discursos, sino otras cosas, brumosas e inexplicables como sueños, coincidencias, revelaciones, y sobre todo humor negro.

Julio Cortázar, Rayuela, cap. 28

pequeño homenaje a 25 años 
de que se hiciera todavía más inmortal...

25/1/09

vengan y vean, lo que hace ella

Drooker estaba harta de helados y papas fritas, 
se perdió entre puertas corredizas en que se dio de bruces
y terminó recordando frases de su abuela...
tan inocuas que las empezó a publicar en Internet:

debate centro / periferia

los otros días empecé a leer la publicación de Tomás Ezequiel Bondone (Caraffa. Ediciones Museo Caraffa, Córdoba 2007)... como lineal lector abordé el prólogo de Laura Malosetti Costa que se concentra al inicio en la noción de centro/periferia y cita a mi admirado Ticio Escobar (otro paraguayo pero este muy reconocido). Recordé entonces los días de debate en torno a las nociones de centro y periferia, comenté con Julio, mi compañero, lo que esto venía significando y cómo en el mundo del arte, la comunicación y la filosofía esta temática se venía trabajando asociada también a la reflexión de eso que se iba llamando "posmoderno". 
Hasta ahí el relato de lo conversado... después se me vinieron las ideas como que toda periferia puede ser centro en algún momento o lo es en relación con otros puntos y a la vez es periferia, que no hay un solo centro que lo sea todo el tiempo y para todo (¡París, bien vale una misa!) y con una sola sinapsis más llegué a creer eso de que por más centro que se nos haga el proceso formativo, todavía tenemos opciones de periferia [si no, imagínense el esfuerzo de mis papás, migrantes ambos para mandarme a la escuela católica de curas solo para hombres y todo el desparramo que les hice a toda la sociedad expectante cuando me di cuenta de que por ahora iba a ser gay]... Y otra sinapsis me llevó a una dimensión diferente para pensar sobre la idea de que no solo el centro suele estar idealizado, sino que también la periferia, como cita la tal Laura a Ticio como que la ventaja de la periferia es la distancia del centro para poder crear y entonces a veces nos pasa que queremos estar en la periferia como algo cool, pero resulta que ni ahí estamos porque mantenemos pensamientos centrales en entornos que parecen periféricos... y nos volvemos centro, ¡qué ganas de ser centro y estar en el centro y como todos hablan de la periferia, para estar en el centro es mejor estar en la periferia, así alguien refiere a uno... 
Y eso que todavía no hablamos de devenir para hacer tríada con ser y estar... jeje